congreso alemania 2018

Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10,11)

Después de la llegada de un viaje en el calor del verano, a través de un paisaje que ya mostraba claros signos de sequía, este tema fue un contraste tranquilizador. Durante semanas, las temperaturas en Alemania fueron excepcionalmente altas, en la última semana incluso, varias veces superaron los 30°C. En todas partes se escucharon los efectos de este período de calor, pero Cristo es la fuente de agua viva, aquí hay vida y plenitud. Sentimos claramente la necesidad de recurrir a esta fuente y refrescarnos. El domingo y el lunes fueron días en los que hizo mucho calor, pero eran soportables. Pero cuando nos levantamos el martes, había refrescado y llovía. Y con eso, comenzaron los días de temperatura ideal para tales reuniones. Mientras que, en el resto de Alemania, incluso en los alrededores de aproximadamente 100 km, las temperaturas llegaron a 39°C, Dios nos concedió unos agradables 24°C. ¿No deberíamos estar agradecidos por eso?

Pausa en el exterior

Dios nos dio de su palabra en las enseñanzas y las instrucciones prácticas. Justo lo que necesitábamos durante este tiempo. Algunos hermanos y hermanas testificaron que tenían que pasar por grandes pruebas y luchas antes del congreso, pero durante las reuniones experimentaron ánimo y fortaleza. La palabra era nuestro consuelo, nuestra orientación, pero también exhortación e instrucción. Todos los días se nos permitía comenzar con un devocional, luego se realizaba el servicio matutino. Las tardes eran en partes, cultos de testimonios o se realizaban horas especiales por grupos etarios. Por la noche teníamos nuevamente un culto. Muchos hermanos, jóvenes y adultos, de las iglesias locales, participaron con diferentes contribuciones en las presentaciones de los cultos. Se cantaba y se oraba mucho. Dios nos bendijo con un ambiente familiar, donde se podía percibir el sosiego y el amor fraternal. Debido a que nadie tenía la necesidad de preocuparse por la comida y el albergue, podíamos disfrutar plenamente este tiempo y dejar que Dios llenara nuestra alma. Para muchos, el propósito celestial y el seguimiento bíblico de Cristo se pusieron nuevamente y con total certeza en el centro de su vida.


Dios nos bendijo con un ambiente familiar, donde se podía percibir el sosiego y el amor fraternal.

La congregación

El jueves, el gran privilegio de la sanidad divina fue el tema principal. Las muchas promesas en la Biblia y de tomar esto con fe, los relatos de la sanidad en las escrituras y lo que acontece en el presente, alentaron a los hermanos y hermanas a buscar la sanidad de Dios para su propia enfermedad. Muy conmovedores fueron los testimonios de los hermanos que contaron como recibieron la ayuda divina, dejándose ungir en el congreso anterior. Es tan maravilloso que aún hoy podamos experimentar el cumplimiento de las promesas divinas. Si bien, se nos permitió tener el cuarto congreso, tuvimos la oportunidad de conocer a hermanos de otros lugares por primera vez. Había muchos niños, adolescentes y jóvenes y estos especialmente alentaron los corazones de los hermanos mayores (Zacarías 8, 4-5).


Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.
Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas.

Zacarías 8, 4-5

Ahora estamos nuevamente en nuestro lugar. Y muchos volvieron con la intención de estar en el próximo año nuevamente del 17 al 24 de agosto de 2019 en Blaubeuren. Se pueden encontrar más testimonios, imágenes e información en: www.lagerversammlung.de

Hermann Vogt (DE)

Extraído de la revista «Trompeta Evangelizadora» Octubre 2018